sábado, 3 de enero de 2009

Burroughs adding machine. Fabián San Miguel


Burroughs adding machine
(Un breve film)

Supongamos que la imagen de aquellas flores es reconocida en tu cabeza por la palabra flores, justo hace tanto y tanto tiempo, bajo blancos calientes cielos. El corte es profundo. Sólo te lo puedo decir una vez: todo es igual a retroceder por un pasillo apenas iluminado, luz de gas diseminada, unas manchas blancas aquí y allá, fotos en las paredes recorriendo el camino exacto hasta tu infancia. Allí, justo en el medio, la gran manzana loca sonríe. Estás de pie, la aguja indicó “aquí” y el grito salvaje lanzó una mirada alrededor.
Hace falta un método Sr. Gysin, escuche ahora con atención: “me veo forzado a la deprimente conclusión de que nunca me habría hecho escritor de no ser por la muerte, y me doy cuenta de la importancia que este hecho tiene en la motivación y en la formulación de mi escritura. Vivo con la amenaza constante de escapar de la posesión, del control. Así, la muerte de Joan me puso en contacto con el invasor, el Espíritu Feo, y me condujo a una lucha, en la que la única opción que tengo es escribir mi huida”.
Debemos decir que los ventiladores están allí todavía, girando en el techo, por alguna razón la raza blanca degenera.
Mirá esto. Es mi favorita, una Charter Arms Undervocer calibre 38. A veces tomo una página, la fragmento y consigo una idea totalmente nueva para una narración lineal, prescindiendo del material fragmentado, o puede que sólo aproveche unas pocas frases.
Es capaz de entenderme Sr. Gysin, “escribiré lo que quiera”.
Manchas como copos en la película biológica, cualquiera que pueda levantar un sartén posee la muerte: un testigo. Nadie más que yo corriendo desesperado entre imágenes, un salpullido simiesco sobre el pecho, los pezones ardidos. El ano se inflama en el trayecto, gotea una sustancia viscosa e inútil: fotogramas como un mazo de cartas. “Recordar un período de adicción fuerte es como escuchar una grabación de acontecimientos vividos sólo por el cerebro anterior”.
En otras palabras: la memoria es la estructura profunda de la frecuencia silenciosa de la droga, masa escrita. Apomorfina.
Conecté el radiador eléctrico y saqué el magnetófono del maletín. Es un magnetófono muy especial, diseñado y construido por mi ayudante Kiki, lo que no registra no existe en realidad. También está diseñado para hacer mezclas, montajes y cut-ups, y además se puede pasar de grabación a reproducción sin tener que pararlo. Tiene un defecto: la cinta una vez realizada sólo puede ser descifrada en el “Mercado Bebé-Semilla donde se encuentran los sexos para intercambiar ese bien básico llamado propiedad”. Ya sabés, el peor virus es el lenguaje.
Especialistas en cáncer admiten que el espacio está incubando tumores. Eso es: todas las razas han sido fuertemente condicionadas por su estancia en las cavernas. Pudiera ser que hubiesen contraído un virus que ha hecho de la especie humana lo que es: una verdadera amenaza para la vida en el planeta.
“La palabra es un organismo”.
Y no importa la diferencia, no importa si un virus puede estar en el exterior, viene del exterior, pero no hace daño a nadie en tanto no pase al interior. Su origen está en algún punto exterior, pero una vez en el interior es bien seguro que está adentro...
La boca tiembla, el estreñimiento es un fantasma imperfecto. Regresan las manchas de luz sobre las paredes. Escribís errático:
—Dr. Benway, ¿tiene una habitación individual?
—¿Dónde has estado?
—En el extranjero.
—Es que no puedes quedarte aquí, el ser humano “ha sido sometido a unas estructuras lingüísticas que definen la realidad y terminan por remodelarla en función del discurso y ya no de la realidad misma”
—¿Y para eso pagamos los impuestos?
Ecos de la nada, Blade Runners asesinos que replican en un susurro “llegó el viernes”. Más atrás la película biológica te lleva al campus universitario donde un coro de bulliciosos entrenadores de fútbol homosexual cantan:

“En el dulce adiós
un viejo junky vende postales de navidad en la calle
[soleada
y vos Joven Muerte, que sos silenciosa
¿ves la vida ?”.

Y al final, mientras pasan los créditos, Annie Laurie garabatea en el aire un códice azteca con su porra:
Aquí yace William Seward Burroughs, [1914-1997].

(Un último flashback muestra a Bill colgado de la droga, Kiki prepara las inyecciones. En la escena posterior Bill se despierta descolgado de la droga).
Kiki señala la ventana:
—Echa una ojeada, viejo Bill. (Hace mucho tiempo que no ves el cielo).


REFERENCIAS

-Textos fragmentados, reformulados, plagiados de
WHITE SUBWAY
BLADE RUNNER (A FILM)
CITIES OF THE RED NIGHT
todos de W. Burroughs

WILLIAMS S. BURROUGHS. LA VIDA Y OBRA
de Philippe Mikriammos.

Y los siguientes textos periodísticos
WILLIAM BURROUGHS Y LOS BEAT EN TÁNGER
de Ian Finlayson. En Debats.
Reportaje realizado por Duncan Fallowell
en LAS GRANDES ENTREVISTAS DE LA HISTORIA.
El país-Aguilar.

Autor: Fabián San Miguel.
Texto realizado con la técnica del cut-up, en conmemoración de la muerte de William W. Burroughs (2007).

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1 comentarios:

A las 19 de abril de 2009, 12:18 , Blogger Unknown ha dicho...

Saludos niño!!! Estas invitado a que pases por mi blogs!

 

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